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Notas "Off the record" de Ángel Rico

Hay que conocer el público objetivo (y III) Audacia, más audacia, siempre audacia

*Por Ángel Rico

Si partimos del hecho que: --todas las actuaciones que usted, respetado lector, y un servidor, realizamos cada día están reguladas (bien, mal o muy mal) por la política, habrá que concluir que “no deberíamos olvidarnos de quienes diseñan muchas de nuestras actividades cotidianas”. Haciendo ver a la clase política que: --Los políticos deben actuar de forma que sus conductas no les avergüencen algún día--.

Aunque pueda parecer increíble, la cosa pública mejorable es algo que viene del pasado, como lo demostró Max Weber, en su obra “El Político y el Científico” en el contexto de la República de Weimar (1918-1933) y, como entonces, hoy: --El poder se encuentra en la burocracia por la manifiesta ineptitud de los políticos para cumplir su labor--. Y, cuando se unen la ineptitud de la política, con la ineptitud de una sociedad que solo se ilustra por las consignas de “telecuatro” y “telesexta” se consigue un cóctel explosivo y perjudicial para la mayoría, donde tienen protagonismo, las personas que solo quieren ver arder el mundo; de ahí al “populismo-leninismo” solo hay un paso. La reacción de dos problemas que se retroalimentan: --la desafección ciudadana respecto a la democracia y una pérdida de credibilidad y de legitimidad de los políticos por parte de la ciudadanía—obligan a creer y, en su caso, apoyar a aquel partido político que predique el respeto hacia la ciudadanía, para la que trabaja; una ciudadanía que ha asimilado que: --“No sirve de nada alimentarse de esperanzas y después desengañarse”. ¿De qué color viste la esperanza política hoy, de azul, de rojo o de naranja? ¡Hay que demostrarlo con hechos y no con eslóganes! Porque ya no hay tiempo para más patrañas.

La realidad política que nos rodea, demuestra que tenían razón  aquellos que realizaron el informe a la Trilateral “Crisis de gobernabilidad de las democracias”: –El asunto más importante no es si la democracia sobrevivirá o está en crisis, sino en qué medidas los líderes y las instituciones democráticas serán capaces de satisfacer las expectativas de la gente--. Cuando la ciudadanía observa, los diferentes niveles donde la política se inmiscuye en sus vidas (gobiernos autonómicos, gobierno central y burocracia de la Unión Europea) les queda un retrogusto amargo al comprobar, una y otra vez, que la mediocridad es lo que impera en general. Y, en ese contexto, solo puede salvar la situación la aparición de líderes provinciales que se echen sobre sus espaldas la responsabilidad de devolver al Pueblo lo que siempre fue del Pueblo. Y esos, hipotéticos, líderes cercanos deben ser conscientes que:-- El liderazgo que perdura en el tiempo debe estar fundado,  más en la influencia que en la autoridad— Volviendo a aparecer la necesidad de que, cada líder potencial conozca a su “público objetivo” porque es imposible (¡imposible!) satisfacer a todos al mismo tiempo, por tanto hay que definir qué políticas se defienden y cuáles no. Ya lo dijo, Rick Warren: --Los burócratas se centran en los problemas del momento, los líderes, en la resolución de los problemas de mañana—Y, a esos, hipotéticos,  líderes emergentes, recordarles que: -- Nada hay más fuerte que el corazón de un voluntario que se sume a su causa política--. Quien quiere miel, no da puntapiés a la colmena.

Deseo estar equivocado, pero dudo que exista el político que se plantee, como filosofía, aquello que dijo, Georges Danton:--Hay que atreverse, atreverse otra vez, y seguir atreviéndose— Porque los políticos que quieran ser protagonistas del futuro,  deben asumir que:

--El liderazgo requiere originalidad, porque los destinatarios demandan diferenciación de la oferta (Conocer al público objetivo).

--Deben tener iniciativa, capacidad y voluntad de crear e innovar.

--Hay que ser humilde. Es fundamental que el político recuerde que no trata con los ciudadanos, sino con los conciudadanos, porque los electores eligen a sus representantes, entre el pueblo, para el pueblo.

--Ser honesto, es más convincente decir la verdad desde el principio y si procede, pedir perdón; que planificar y esperar las consecuencias de una mentira.

--Reinventarse. Un líder no tiene que tener problemas para reciclarse cuando las circunstancias lo requieran. Nunca es tarde para cambios positivos y éstos son bien valorados por los ciudadanos.

--Aprovechar las circunstancias personales y vitales, para diseñar y enmarcar la imagen del líder. Hay que prestar una atención especial a qué aspectos de la vida del político pueden utilizarse para resaltar su persona y adecuación para el cargo que ocupa.

-- Tener una personalidad propia para no dejarse seducir por los “cantos de sirena” que rodean al político; ni por el hipnotismo del contagioso “apparátchik-mo”.

El gran problema de España es que políticos que no responden a alguno de los considerandos anteriores han logrado llegar al poder, generando un rechazo en la ciudadanía que no ve a esos políticos con la preparación, ni el liderazgo suficiente. A menudo la corrupción política viene derivada de la frustración del propio político por no poder actuar con libertad por las rígidas estructuras partidistas. Para producir cambios en el sistema, algo que es complejo y dilatado en el tiempo, hay que implicarse para cambiar la política desde abajo. Y ello no se conseguirá de otra manera que educando a los jóvenes y reivindicando, con fundamento, y de forma permanente los cambios que la realidad presente exige.

En el círculo de la política diaria, es posible comprobar cómo los “extremos se tocan” y como ejemplo tenemos en el Parlamento Europeo, el extremo-derechismo del Frente Popular, que se une con el extremo-izquierdismo de Podemos. –Ambos apoyan las mismas barbaridades--. La responsabilidad y coherencia que se espera de los partidos políticos constitucionalistas, es de esperar de la ciudadanía que vota. No es razonable pretender darle un puntapié al PP de Rajoy o al, de momento, huérfano PSOE, votando al “populismo-leninismo”, porque los propios votantes serán los perjudicados; como puede comprobarse en aquellos lugres que con la aquiescencia del, desnortado, PSOE  gobiernan. Ante esa realidad, el Secretario General, del Grupo Socialista en el Congreso, Miguel Ángel Heredia, sotto voce, declaró: --Nuestro adversario es el PP, nuestro enemigo es Podemos— (Sic). Y tenía razón.

A los electores independientes, tener a mano el refranero suele ayudar a la hora de decidir el voto: --Dime con quién andas y te diré quién eres / Quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija / Más vale un “toma” que dos “te daré” / Un político vale, lo que vale su palabra--.  Es decir, toda la verdad es mejor que la duda indefinida.

De la ciudadanía civil, de usted respetado lector, depende colaborar en el cambio de la, manifiestamente mejorable, realidad política. Debiendo tener presente que: --En política, el electorado, siempre corre el riesgo de pertenecer a las mayorías--  Los electores inteligentes, deben precisar a sus “políticos objetivo” en un comprensible “quid pro quo”.  Por cierto, a quien corresponda: --El aprendizaje ocurre cuando el alumno quiere aprender, y no cuando el profesor quiere enseñar--. ¡Pues eso! – A los aspirantes a dignos líderes políticos: --Actúa como si tuvieras fe y la fe te será dada--; veredicto final.

…He dicho!

*Es Presidente del Instituto Hispano Luso

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