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Notas "Off the record" de Ángel Rico

Rajoy no puede saltar fuera de su sombra

*Por Ángel Rico

Me cuentan que,  prestigiosos históricos socialistas (pata negra), no los “parvenues” (advenedizos) del actual PSOE, se reunieron el pasado jueves en Madrid, para celebrar el nombramiento del nuevo equipo de Rajoy, en el PP nacional. Porque el deficiente liderazgo de Pedro Sánchez, de cara a las próximas elecciones generales, se verá favorecido por el anodino equipo popular y, de ahí, su optimismo.

Cuando, de forma independiente, se analiza objetivamente el equipo popular se concluye que, en el PSOE, tienen motivos para estar optimistas de cara a la futura representatividad política en el Legislativo y, por derivación, en el Ejecutivo.

Tenemos ejemplos en las empresas privadas y en el deporte que, ante las dificultades, se opta por renovar los equipos y adaptarlos a las exigencias de cada momento. Sorprendentemente en el PP, Rajoy, no aplica la lógica de fichar a los mejores, sino a los más acomodaticios. Es evidente que, al llamar entre los elegidos a,  Javier Maroto y Andrea Levy, representantes de Vascongadas y Cataluña, cuyos equipos han llevado al PP, en esas comunidades, a la más absoluta irrelevancia política,  --9,5 y 7,5 por ciento, respectivamente--, ¿Qué argumentos harán pensar que en la política nacional, serán más efectivos que en la  futilidad autonómica?. Rajoy no pretende garantizarse la victoria, sino contar con las loas y los cumplidos que alimenten la vanidad “marianista”. Y, es sabido, como dijo, Benjamin Franklin: --El orgullo que se alimenta con la vanidad acaba en el desprecio--, desprecio que ya le han demostrado los 2,5 millones de electores que, en 2015, le han dado la espalda al PP, respecto a los resultados de 2011.

Es posible que usted, respetado lector, esté pensando en –la regeneración política (regeneración política) que para el PP, supone Javier Arenas--. Figura que salvo la frase de ¡que bueno, campeón! (que bueno, campeón) no se le conoce otro activo que dar palmaditas en la espalda. Y es que, como es sabido, Arenas lleva dando palmaditas en la espalda de la gente desde que los reyes católicos expulsaron de Granada a Boabdil el Chico, el 2 de enero de 1492. Y es que, 523 años, es mucha práctica de palmaditas y palmaditas, además del  ¡que bueno campeón! (que bueno campeón) no se conocen otros logros dignos de tenerse en cuenta. Pero ese activo (pero ese activo) ¿Es el que la ciudadanía espera como regeneración  política? –Yo, tampoco lo creo.

Al frente del equipo “genovés”, --según Rajoy--, estará Rajoy, y a su sombra, Cospedal; y ya se sabe lo que dice el proverbio árabe, que: --el hombre no puede saltar fuera de su sombra--; y a su alrededor Pablo Casado y, un inédito, Fernando Maíllo, para tratar, como dijo Adolfo Suárez, de: --Hacer normal en la política, lo que ya se considera normal en la calle--. Algo que los ciudadanos normales, no creen que este, contaminado, PP sea capaz de conseguir.

Es conocido que los equipos deportivos, (de cualquier deporte) dedican atención a visionar videos de los equipos contrarios, para aprender las tácticas de los adversarios y así poderles hacer frente con éxito. En cambio, Rajoy y su, extravagante equipo, dedican el tiempo a mirar  en el espejo, y enaltecer al líder mientras este lee el Marca; en lugar de leer, por ejemplo, “Los principios del Comunismo” o “El Estado y la Revolución” y así, pronosticar qué será lo que Podemos obligará a llevar a cabo al PSOE, para contar con el apoyo para que, Sánchez, alcance la presidencia del Gobierno de España; de ahí al Frente Popular, solo hay un paso.

Como se está viendo ya en el ayuntamiento de Madrid, el “frentepopulismo” se caracteriza en que: --el partido A, no se meta en el negociado del partido B, a cambio de que el partido B, no se meta en el negociado del partido A— y así, el uno por el otro (y peor si hay tres o más partidos implicados), lo que se conoce por “Estado de Derecho” --violación a violación--,  empezará a desmoronarse. Algo que ha quedado demostrado en todos los ejemplos políticos, donde el partido mayoritario para gobernar, necesita los votos de un minoritario, al que le importa más la consecución de sus objetivos programáticos, que el bien de la mayoría. Como ejemplos tenemos las competencias que Aznar otorgó, al nacionalismo secesionista catalán, --en materia de Educación, no impidiendo la Ley de Normalización Lingüística catalana;  Sanidad; financiación autonómica, etc.—Y los ejemplos del “tripartito en Cataluña” y el “pentapartito en Baleares” lo demuestran.

La Historia política aclara que, cuando no hay un gran liderazgo político, por parte del mayoritario, se acaba fomentando el “todo el mundo contra todo el mundo” con los consiguientes peligros de convivencia entre la ciudadanía independiente que, a costa de conseguir un pequeño logro particular, admiten que el conjunto se desmorone por los innumerables logros privativos de los otros y la afasia en los principios políticos del líder necesitado de votos.

La falta de fe del PP en sus posibilidades y sus excesivos complejos, ha quedado demostrada en las negociaciones de gobierno con Ciudadanos; la ductilidad popular en, por ejemplo, Murcia, La Rioja o Madrid, ha sido mucho más maleable, que la aplicada por Ciudadanos, con el PSOE en Andalucía; donde se han utilizado diferentes medidas de regeneración. Los políticos deben saber que sabemos, como dijo, Louis McHenry Howe, que: --Nadie puede adoptar la política como profesión y seguir siendo honrado-- ¡Pues eso!

…He dicho!

*Es Presidente del Instituto Hispano Lus

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