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Notas "Off the record" de Ángel Rico

Sugerencia, con el debido respeto, a Felipe VI

*Por Ángel Rico y Escribano

Majestad: 

El”  Dieter  Brandau, de Esradio, ha dejado abierta la posibilidad de hacer campaña a favor de ciudades que, V. M., deberían visitar en Vuestro próximo periplo por España. Un servidor, que en otras ocasiones, se dirigió a Vos para otras cuestiones, vengo en este momento a sugeríos, con el sincero respeto, que: --Debéis visitar Campo de Criptana, en Ciudad Real.

Es de prever que, en estos momentos, “los Chicos del Ala Oeste de La Zarzuela estarán elaborando el informe que muestre a V. M. los motivos suficientes para no olvidar a Campo de Criptana en Vuestro itinerario nacional.

Señor, en Criptana no se ha aprobado, como en otros lugares del territorio nacional, que ya habéis visitado, realizar un referéndum sobre “Monarquía o República”, porque se es consciente que este pueblo forma parte del tuétano de Castilla y de La Mancha, por tanto, --parafraseando a Antonio Gala—“no es que descendamos de España, sino que España desciende de nos”.

A mayor abundamiento, Señor, indicar que, la Historia –hecha y derecha-- de Campo de Criptana, resumida en el escudo municipal, muestra --“un castillo de oro”, el “pendón de Castilla” y la “cruz de Santiago”, junto con “dos medias lunas”, que ponen de manifiesto las victorias durante la Reconquista--. Mucha sangre se vertió, entonces, para que en España ahora las cosas sean como son.

Señor, acabasteis Vuestro Discurso de Investidura, como Felipe VI,  con aquel: -- Decía Cervantes en boca de Don Quijote: "no es un hombre más que otro si no hace más que otro"-- ¡Estamos de acuerdo! Porque esa filosofía caracteriza la personalidad de los ciudadanos de este lugar de La Mancha y, por tanto, del reino de España.

Me consta que, otras personas hicieron y harán campaña, en Esradio, para que visitéis sus poblaciones, con enorme merecimiento sin duda; algunas aludirán a que están situadas en el itinerario de este o aquel histórico “Camino”;  lo que diferencia a Criptana de todas las demás, Señor, es que para quienes la visitan está situada, directamente, en el camino hacia Dios.

Os podría hablar del Santuario del Cristo de Villajos, que conserva una talla del Siglo XIII; o del Castillo de “Chitrana” mandado construir por los Reyes Católicos y, actual,  santuario de Nuestra Señora de Criptana; pero a un Rey que no juró su cargo sobre la Biblia, prefiero hablaos  del cerro de los molinos, en la Sierra de la Paz. Molinos que Os obligará, Señor, a  recordar el capítulo VIII, de la primera parte de Don Quijote de La Mancha, --Del buen suceso que el valeroso Don Quijote tuvo en la espantable y jamás imaginada aventura de los molinos de viento, con otros sucesos dignos de felice recordación--.

Señor, no estoy en disposición de poner las manos en el fuego, para defender que fue en Campo de Criptana y no en otro lugar donde Cervantes situó esta genial aventura, pero sí estaría dispuesto, tras el molino Burleta, --el más antiguo de los diez que aún quedan en pié de los treinta y dos que hubo en aquel tiempo— en cualquier amanecer,  a batirme en duelo a espada o florete, si alguien osara  negar rotundamente esa posibilidad.

No me atrevo Señor, pensando en Su Majestad la Reina Doña Letizia, a recomendaos que, una vez en Criptana, probéis este o aquel plato, ya sean, --con perdón--, “duelos y quebrantos”, “gachas”, “migas”, “pisto manchego”, “mojete”, “asadillo”, “sopas de ajo”, “queso Manchego” o, “caldereta de cordero” acompañados siempre con “pan candeal” y “vino de La Mancha”; que sea la estación del año, y la inmersión en Campo de Criptana, así como los consejos gastronómicos que aparecen en El Quijote quienes, en un ardite, Os sugieran lo que hayáis de saborear llegado el momento.

Señor, nuestro nacionalismo es universal, por eso los nacidos en esta o aquella villa, sentimos que cada capítulo de El Quijote se desarrolló en nuestro territorio y no discutimos por un, quítame allá esas pajas, -- salvo por la cuestión de “la aventura de los molinos”--, por ello, será un viaje pintiparado para Vos, porque Vuestra autoritas aumentará visitando este lugar, a diferencia de como Os ocurre –y ya indicó Cervantes en los capítulos LXIV (que trata de la aventura que más pesadumbre dio a don Quijote de cuantas le habían sucedido) y LXV-- en otros territorios de la nación.

En lo de proclamar autoridades, Señor, tenemos cierta experiencia. Es conocido que, en La Mancha, se elevó a un don nadie, de baja nobleza rural, a Caballero Don Quijote de La Mancha, y a su escudero, Sancho Panza, a máxima autoridad (perpetuo gobernador) de la ínsula Barataria. No constando que hubiese, oposición social, a tales nombramientos; ni que exista ninguna imputación por su público quehacer. Aseveraciones, por las que –los chicos del “Ala Oeste”—  no me dejarán mentir.

No Os preocupéis, Señor, que a diferencia de la antigua  costumbre en Barataria, --donde el que tomaba  posesión de la famosa ínsula estaba  obligado a responder a una pregunta que se le hiciere, algo intricada y dificultosa, de cuya respuesta el pueblo tomaba y tocaba el pulso del ingenio de su nuevo gobernador; y así, se alegraba o entristecía con su llegada--; en Criptana, con Vuestra visita habrá loas, albricias  y el compromiso, del pueblo, de estar a Vuestro lado, siempre que  llevéis a la práctica lo que jurasteis: --“desempeñar fielmente mis funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes”—  ¡Que así sea! Señor, porque aquí  llamamos --al pan, pan y al vino, vino--, no admitiendo la “ley del encaje”.

No Os aconsejaré, Señor, como debéis reinar, pero si Os sugiero que  releáis los capítulos XLII  y XLIII del El Quijote, porque no le vinieron mal los consejos de Don Quijote a Sancho, antes de que este se dispusiese a gobernar Barataria: --el temor de Dios debe guiar el gobierno, la virtud es superior a la sangre,   las riquezas terrenales sólo tienen valor si ayudan a ganar el cielo;  y concluir que –es mejor ir al cielo como Sancho que al infierno como gobernador--. Algunos de aquellos  consejos están hoy en vigor.

Señor, no tendrá “espaldarazo” mejor Vuestro reinado que el que Os proporcionará la visita a Campo de Criptana,  visita que en el futuro, os servirá como “bálsamo de Fierabrás” y las crónicas dirán: --Nunca fuera majestad, de ciudadanos mejor servido,  como lo fuera Felipe VI, cuando a Criptana vino … (Perdón, por glosar al señor Quijada, pero es que uno se viene arriba)

Tras Vuestra estancia en Criptana, donde se os mirará cara a cara, y nunca de soslayo, Señor, deseo que Vuestras gestas y buen reinado, sean tan recordadas y admiradas por las próximas generaciones, como la de los paisanos que recogen las crónicas de Cervantes, en “Don Quixote de la Mancha”

Señor, los títulos históricos que corresponde a Su Majestad como  Rey de España son: --“Majestad Católica, Archiduque, Duque, Conde y Señor (de varios ducados, condados y señoríos),  Príncipe de Suabia, Canónigo honorífico y hereditario de la Iglesia Catedral de León y de la basílica de Santa María la Mayor en Roma”--, entre otros, sin duda engrandecería Vuestra figura, el que añadieseis el de “Amigo del Quijote”.

Y si el azar provocase que, un servidor, tuviese el honor de cruzarse con Vos en este territorio, ocurriría aquello de “El reino de los cielos” (de Ridley Scott) --cuando Ricardo Corazón de León, --en la Tercera Cruzada-- buscando al defensor de Jerusalén, le comentó a un lugareño --“Soy el Rey de Inglaterra”--, a lo que el lugareño respondió --“… yo, solo el herrero, Señor”--.

…He dicho!

*Es Presidente del Instituto Hispano Luso, y natural de Campo de Criptana

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